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domingo, 22 de febrero de 2015

La Bruja Marisa no tiene sonrisa




Este cuento es de cosecha propia, y se podría incluir en la categoría de los cuentos emocionales. Espero que lo disfrutéis. He adjuntado una imagen de las marionetas que elaboré para la representación del mismo. A los niños de E.I. les encantó.

 

 LA BRUJA MARISA NO TIENE SONRISA


La Bruja Marisa no tiene sonrisa

Tenemos que ayudarla, ¡deprisa, deprisa!



La Bruja Marisa muy sola estaba

Porque no tenía amigos,

Ni nadie que la mimaba



Los niños tenían miedo de ella,

Quizás porque ella no fuera la más bella.



Su corazón estaba triste, muy triste,

Quizás porque nadie, ni niños ni mayores,

Le contaban ningún chiste.



Un día cualquiera, por el bosque paseaba,

Con los hombros caídos y la cabeza agachada.

-¡Socorro, socorro!-, exclamó una dulce vocecita,

Corriendo deprisa, la Bruja Marisa,

Llegó a donde estaba la pequeña Carmencita.



Al ver a la Bruja, asustóse la pequeña,

Que atrapada se hallaba bajo un tronco de leña.

-“Abracadabra, pata de cabra

Bada dadaba dibidi dibu”-

Hasta el cielo se elevó el tronco de leña

Para liberar la pierna de la pequeña.



Carmencita, agradecida, esbozó una sonrisilla,

Mientras que a la Bruja Marisa se le escapó una lagrimilla.



-¿Por qué estás triste, Bruja buena?

Si me has ayudado a liberar mi pierna-.



La Bruja Marisa agachó la cabeza

-no sé reír-, susurró con torpeza

-los niños tienen miedo de mí,

Hace mucho tiempo, eso descubrí.



-¿Cómo te llamas, brujita sin sonrisa?-

Pero hace tanto tiempo que nadie la llamaba,

Que ni siquiera de su propio nombre se acordaba.

-Ah, ya sé, creo que me llamo Marisa-,

Y añadió nuevamente con la cabeza agachada,

-la Bruja que no tiene sonrisa-.



-Pues yo soy Carmencita,

Y me he perdido en el bosque

Llevando una cesta al porche

de la casa de Caperucita.



La Bruja Marisa las cejas atenta levantó,

Pues quizás no tuviera sonrisa,

Pero sabía hacer magia muy deprisa.



De su bolso roto y viejo

Sacó una bola de cristal y un librejo,

La bola era brillante,

El librejo era gigante.



-“Abracadabra, pata de cabra

Bada dadaba dibidi dibu”

Muestra a la niña perdida

el camino que ella decida-.



-A casa de Caperucita-,

Exclamó Carmencita.

En la bola brillante de cristal,

Apareció un mapa diagonal

Que el camino mostraba

Para ir en escoba.



Así fue como la Bruja Marisa

Llevó en su escoba a Carmencita,

Para ir a casa de Caperucita,

Mientras que la pequeña, esbozaba una sonrisa.



-Ya hemos llegado,

El viaje se ha acabado-,

Exclamó la Bruja Marisa,

Que aún no tenía sonrisa.



-Gracias por ayudarme-, dijo Carmencita.

-Espero que pronto encuentres tu sonrisa-,

Le susurró a la Bruja Marisa

Y entonces con fuerza a la bruja abrazó,

Mientras que una lágrima se le escapó.



Una ráfaga de viento su pelo alborotó,

Trajo algo consigo

Que en la cara de la bruja se posó.



¡Era una sonrisa!, para la bruja Marisa,

Que desde ese día

ya no tenía triste el corazón,

Porque descubrió la amistad y el amor,

Y decidió ser bella como una flor.

4 comentarios:

  1. ¡Un cuento muy bonito y un magnífico recurso para trabajar en el aula!

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. ¡Me encanta Valeria! es como volver a la infancia leyendo a Gloria Fuertes...muy muy chulo ;)

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