Este cuento es de cosecha propia, y se podría incluir en la categoría de los cuentos emocionales. Espero que lo disfrutéis. He adjuntado una imagen de las marionetas que elaboré para la representación del mismo. A los niños de E.I. les encantó.
LA BRUJA MARISA NO TIENE SONRISA
La Bruja Marisa no tiene sonrisa
Tenemos que ayudarla, ¡deprisa,
deprisa!
La Bruja Marisa muy sola estaba
Porque no tenía amigos,
Ni nadie que la mimaba
Los niños tenían miedo de ella,
Quizás porque ella no fuera la más
bella.
Su corazón estaba triste, muy triste,
Quizás porque nadie, ni niños ni
mayores,
Le contaban ningún chiste.
Un día cualquiera, por el bosque
paseaba,
Con los hombros caídos y la cabeza
agachada.
-¡Socorro, socorro!-, exclamó una
dulce vocecita,
Corriendo deprisa, la Bruja Marisa,
Llegó a donde estaba la pequeña
Carmencita.
Al ver a la Bruja, asustóse la
pequeña,
Que atrapada se hallaba bajo un tronco
de leña.
-“Abracadabra, pata de cabra
Bada dadaba dibidi dibu”-
Hasta el cielo se elevó el tronco de
leña
Para liberar la pierna de la pequeña.
Carmencita, agradecida, esbozó una
sonrisilla,
Mientras que a la Bruja Marisa se le
escapó una lagrimilla.
-¿Por qué estás triste, Bruja buena?
Si me has ayudado a liberar mi
pierna-.
La Bruja Marisa agachó la cabeza
-no sé reír-, susurró con torpeza
-los niños tienen miedo de mí,
Hace mucho tiempo, eso descubrí.
-¿Cómo te llamas, brujita sin
sonrisa?-
Pero hace tanto tiempo que nadie la
llamaba,
Que ni siquiera de su propio nombre se
acordaba.
-Ah, ya sé, creo que me llamo Marisa-,
Y añadió nuevamente con la cabeza
agachada,
-la Bruja que no tiene sonrisa-.
-Pues yo soy Carmencita,
Y me he perdido en el bosque
Llevando una cesta al porche
de la casa de Caperucita.
La Bruja Marisa las cejas atenta
levantó,
Pues quizás no tuviera sonrisa,
Pero sabía hacer magia muy deprisa.
De su bolso roto y viejo
Sacó una bola de cristal y un librejo,
La bola era brillante,
El librejo era gigante.
-“Abracadabra, pata de cabra
Bada dadaba dibidi dibu”
Muestra a la niña perdida
el camino que ella decida-.
-A casa de Caperucita-,
Exclamó Carmencita.
En la bola brillante de cristal,
Apareció un mapa diagonal
Que el camino mostraba
Para ir en escoba.
Así fue como la Bruja Marisa
Llevó en su escoba a Carmencita,
Para ir a casa de Caperucita,
Mientras que la pequeña, esbozaba una
sonrisa.
-Ya hemos llegado,
El viaje se ha acabado-,
Exclamó la Bruja Marisa,
Que aún no tenía sonrisa.
-Gracias por ayudarme-, dijo
Carmencita.
-Espero que pronto encuentres tu
sonrisa-,
Le susurró a la Bruja Marisa
Y entonces con fuerza a la bruja
abrazó,
Mientras que una lágrima se le escapó.
Una ráfaga de viento su pelo alborotó,
Trajo algo consigo
Que en la cara de la bruja se posó.
¡Era una sonrisa!, para la bruja
Marisa,
Que desde ese día
ya no tenía triste el corazón,
Porque descubrió la amistad y el amor,
Y decidió ser bella como una flor.
Precioso cuento!!!!!
ResponderEliminar¡Un cuento muy bonito y un magnífico recurso para trabajar en el aula!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar¡Me encanta Valeria! es como volver a la infancia leyendo a Gloria Fuertes...muy muy chulo ;)
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